lord byron
así que ya no iremos a pasear1. / Así que ya no iremos a pasear / muy tarde por la noche, / aunque el corazón aún siga amando tanto / y la luna siga brillando tanto. / 2. / Porque la espada acaba dañando su vaina / y el
cuando nosotros dos nos separamos1. / Cuando nosotros dos nos separamos / en silencio y entre lágrimas, / casi con el corazón roto, / para distanciarnos durante años, / palidecieron tus mejillas y se helaron, / y más hela
hoy cumplo treinta y seis años1. / Ha llegado el momento en el que este corazón no debería conmoverse, / porque otros han dejado de conmoverlo; / sin embargo, aunque no me puedan amar, / ¡dejadme que yo siga amando
la tumba de churchillUn hecho real, contado tal y como sucedió / Me encontraba junto a la tumba de aquel que fue / el incandescente cometa de una época, y vi / el más humilde de todos los sepulcros, y ob
la visión del juicio1. / Estaba San Pedro sentado a las puertas del Cielo; / tenía las llaves oxidadas y la cerradura embotada / porque últimamente no había tenido mucho trabajo; / el lugar de ningún modo
mazeppaI / Fue después del desastre de Poltava, / cuando la suerte abandonó al real sueco, / y alrededor yacía destrozado / un ejército que no volvería / nunca a derramar sangre y combatir. / El
no quiero recordar, no quiero recordar1. / No quiero recordar, no quiero recordar / aquellos momentos queridos, aquellos momentos ya desvanecidos, / cuando toda mi alma era para ti; / aquellos momentos que nunca olvidaré / h
oh, arrebatada en la flor de la bellezaI / ¡Oh!, arrebatada en la flor de tu belleza, / sobre ti no caerá ninguna pesada losa, / solo crecerán rosas sobre la hierba de tu tumba, / sus pétalos, los más tempranos del año, / y e
oscuridadTuve un sueño, que no era del todo un sueño. / El sol resplandeciente se había apagado y las estrellas / vagaban a ciegas por los espacios infinitos, / sin brillo, y sin rumbo, y la
prometeoI / ¡Titán! En cuya mirada inmortal / los sufrimientos de los mortales, / reflejados en su triste realidad, / no eran como todo lo que los dioses desprecian; / ¿cuál fue la recompensa de
que te vaya bien¡Ay!, habían sido amigos en la juventud, / pero las lenguas murmuradoras emponzoñaron la verdad; / y la constancia solo vive en los reinos del cielo: / y la vida es complicada y espi
versos del po1. / Río que corres junto a las antiguas murallas, / donde vive la dama de mi amor, cuando ella / camine por tus orillas y allí, por ventura, tenga / un leve y fugaz recuerdo de mí, / 2.
versos para cantar i1. / Ninguna de las hijas de la Belleza / tiene la magia que tienes tú; / y como la música de las aguas / es tu dulce voz para mí: / cuando, como si su sonido / pudiera calmar al océano en
versos para cantar ii1. / No hay alegría que el mundo pueda darnos como aquella que nos arrebata, / cuando el fulgor del primer pensamiento se apaga en la turbia putrefacción de los sentimientos; / no ha
versos para cantar iii1. / ¡Que en tu alma reine siempre la luz! / Jamás un espíritu tan adorable como el tuyo / se liberó de sus ataduras mortales / para ir a brillar en el cielo de los bienaventurados. / En
versos para cantar iv1. / No digo, no murmuro, no suspiro siquiera tu nombre, / hay dolor en las palabras, hay culpa en el rumor… / Pero la lágrima que ahora arde en mi mejilla puede gritar / los profundos
viene tan bellaI / Viene tan bella como la noche / de esos países sin nubes y cielos estrellados, / y todo lo mejor de la oscuridad y el esplendor / se reúne en su rostro y en su mirada: / así de dulce
y has muerto, tan joven y bella¡Oh, qué poco vale la conversación con otros cuando te recuerdo! / 1. / Y has muerto, tan joven y bella, / como si no hubieras nacido mortal; / y tu figura tan delicada, y tus encantos