PAÍS POEMA

Autores

pablo neruda

a un escarabajo…
También llegué al escarabajo / y le pregunté por la vida: / por sus costumbres de otoño, / por su armadura lineal. / Lo busqué en los lagos perdidos / en el Sur negro de mi patria, / lo en
canción
Mi prima Isabela… Yo no la conocí a mi prima Isabela. He atravesado, años después, el patio ajardinado en que, me dicen, nos vimos y nos amamos en la infancia. Es un sitio de s
ceilán espeso
Litoral feliz! Una barrera de coral se alarga, paralela a la playa; y el océano interrumpe allí sus azules en una gorguera rizada y blanca y perpetua de plumas y espumas; las t
colombo dormido y despierto
Después de las diez de la noche (hora inglesa), Colombo fallece. Estuve en Colombo a las 10.05 P. M., ansioso de alcanzar aún un estertor. Aquello había muerto de golpe, aquell
conducta y poesía
Cuando el tiempo nos va comiendo con su cotidiano decisivo relámpago, y las actitudes fundadas, las confianzas, la fe ciega se precipitan y la elevación del poeta tiende a caer
contribución al dominio de los trajes
Hay fronteras del planeta en que los trajes florecen. Hay una estación para ellos: una primavera detenida, un verano fantástico. El vestido, compañero gris de la acción, ángel
danza de áfrica
Debo escribir este pasaje con mi mano izquierda, mientras con mi derecha me resguardo del sol. Del agudo sol africano que, uno a uno, hace pasar mis dedos del rojo al blanco. E
diurno de singapur
Despierto: pero entro yo, y la naturaleza aún queda; un velo, un tejido sutil es el mosquitero de mi casa. Detrás de él, las cosas han tomado el lugar que les corresponde en el
el barco de los adioses
Desde la eternidad navegantes invisibles vienen llevándome a través de atmósferas extrañas, surcando mares desconocidos. El espacio profundo ha cobijado mis viajes que nunca ac
el humo
A veces me alcanza el deseo de hablar un poco, sin poema, con las frases mediocres en que existe esta realidad, del rincón de calle, horizonte y cielo que avizoro al atardecer,
el sueño de la tripulación
El barco cruza insensible su camino. Qué busca? Pronto tocaremos Sumatra. Eso disminuye su marcha, y a poco se torna imperceptible, de pavor de hundirse repentinamente en los b
es muy temprano
Grave inmovilidad del silencio. La raya el cacareo de un gallo. También la pisada de un hombre de labor. Pero continúa el silencio. / Luego, una mano distraída sobre mi pecho ha
exégesis y soledad
Emprendí la más grande salida de mí mismo: la creación, queriendo iluminar las palabras. Diez años de tarea solitaria, que hacen con exactitud la mitad de mi vida, han hecho su
g. a. b. (1836-1936)
Esa mano de madreselva ardiendo inunda el crepúsculo con humo lleno de lluvia, con nieve llena de lluvia, con flores que la lluvia ha tocado. / Grande voz, dulce corazón herido! /
imagen viajera
De esto hace algunos días. El inmenso Brasil saltó encima del barco. / Desde temprano, la bahía de Santos fue cenicienta, y luego, las cosas emanaron su luz natural, el cielo se
invierno en los puertos
Es triste dejar atrás la tierra indochina de dulces nombres: Battambang, Berembeng, Saigón. De toda esta península —no en flor, sino en frutos— emana un consistente aroma, una
la bondad
Endurezcamos la bondad, amigos. Ella es también bondadosa, la cuchillada que hace saltar la roedumbre y los gusanos: es también bondadosa la llama en las selvas incendiándose p
la carpa
Arreglábamos entonces un pilotaje derrumbado, en pleno campo austral. Era el estío. En las noches se recogían las cuadrillas y, fatigados, nos tirábamos sobre el pasto o las ma
la copa de sangre
Cuando remotamente regreso y en el extraordinario azar de los trenes, como los antepasados sobre las cabalgaduras, me quedo sobredormido y enredado en mis exclusivas propiedade
la leprosa
He visto llegar a la leprosa. Quedó tendida junto a la mata de azaleas que sonríe en el abandono del hospital. / Cuando llegue la noche se irá la leprosa. Se irá la leprosa porqu
la lucha por el recuerdo
Mis pensamientos se han ido alejando de mí, pero llegado a un sendero acogedor rechazo los tumultuosos pesares presentes y me detengo, los ojos cerrados, enervado en un aroma d
las bordadoras de isla negra
En Isla Negra todo florece. Se arrastran por el invierno pequeñísimas flores amarillas, que luego son azules y más tarde, con la primavera, toman un color amaranto. El mar flor
los héroes
Como si los llevara dentro de mi ansiedad encuentro los héroes donde los busco. Al principio no supe distinguirles, pero ya enrielado en las artimañas de la vida, los veo pasar
los temas
Hacia el camino del nocturno extiende los dedos la grave estatua férrea de estatura implacable. Los cantos sin consulta, las manifestaciones del corazón corren con ansiedad a s
madras, contemplaciones del acuario
Por la mañana se instala en el barco un juglar hindú y encantador de serpientes. Sopla una calabaza de sonido estridente, lúgubre; y como eco, se desarrolla desde un canastillo
mujer lejana
Esta mujer cabe en mis manos. Es blanca y rubia, y en mis manos la llevaría como a una cesta de magnolias. / Esta mujer cabe en mis ojos. La envuelven mis miradas, mis miradas qu
nombre de un muerto
Yo lo conocí a Winter en su puerto, en su escondrijo de Bajo Imperial. Lo conocí de leyenda, lo conocí, luego, de vista y, al fin, de profundidad. Cómo asombrarse de que se hay
oda a una lavandera nocturna
Desde el jardín, en lo alto, / miré la lavandera / Era de noche. / Lavaba, refregaba, / sacudía, / un segundo sus manos / brillaban en la espuma, / luego / caían en la sombra / Desde arriba / a la
port-said
Comentar este pasar de cosas es adquirir un tono. Se rueda sobre el plano inclinado de una tendencia interior y van apareciendo presencias: el sentimental hallazgo, sus aspecto
smoking room
Los mendigos ciegos anuncian su presencia a campanillazos. Los encantadores de serpientes arrullan sus cobras sonando su música triste, farmacéutica. Es un inmenso espectáculo
sobre una poesía sin pureza
Es muy conveniente, en ciertas horas del día o de la noche, observar profundamente los objetos en descanso: Las ruedas que han recorrido largas, polvorientas distancias, soport
un amor
Por ti junto a los jardines recién florecidos me duelen los perfumes de primavera. / He olvidado tu rostro, no recuerdo tus manos, cómo besaban tus labios? / Por ti amo las blancas
vientos de la noche
Como una bambalina la luna en la altura se debe cimbrar… Vientos de la noche, tenebrosos vientos! Que rugen y rajan las olas del ciclo, que pisan con pies de rocío los techos.