PAÍS POEMA

Autores

eva garcía fornet

regresos

Al regresar al pueblo sólo le esperan a uno las esquinas
con los postes de la luz sosteniendo a duras penas con su altivez carcomida
los cables negros a punto de electrocutar golondrinas.
Le esperan a uno también las pocas tiendas que no han cerrado
como la de Manuela que vende zapatos, o la de Julián que vende pescado,
y al entrar hay que pedir la vez y dar los buenos días
y hojear los almanaques con santos, echar un ojo a la lotería del día,
sabiendo que no nos va a tocar, pero comprándola por si acaso,
porque si nos toca, nos iba a sacar de apuros, y quizás hasta compraría
un piso en el barrio, para quedarme siempre y poder hacer recados
en las tiendas que conozco, sin tener que moverme y coger aviones
a latitudes extrañas donde no me conocen ni quieren, y además
podría verte salir de tu casa a veces, aunque ya te hayas casado
y tengas un hijo y no te acuerdes de mí, da igual, lo que sin duda importa
es estar cerca de mi barrio, dejar de ser un fantasma siempre de paso
que acumula cajas de cartón de mudanzas en el sótano y que nunca
está un año en el mismo sitio por temor a que los demás se acuerden
de todos mis errores y de mis pocos pecados.