He visto el futuro.
No estabais ninguno.
Enormes naves de metal en las afueras
como barcos piratas abandonados en la arena.
Allí pondrán a todos los pensionistas pobres
que pelearán por un plato de arroz con leche.
Mientras tanto en la ciudad del progreso
se sortearán los pocos trabajos que queden.
Todo el mundo será joven menos nosotros
y nadie se acordará de tiempos mejores.
Los robots fabricarán robots
porque nosotros olvidamos hacer ruedas.
Pocos tendrán todo en su Olimpo
de urbanizaciones con lujo de árboles.
Sonarán las sirenas en las naves de viejos
y alguno dirá que le recuerda
al quejido de las ballenas cuando el mar
todavía era una opción para escapar.
Cuervos con corazón metálico se posarán
en las ventanas de los abandonados.
He visto el futuro.
No estabais ninguno.
Ni yo tampoco.