PAÍS POEMA

Autores

baltasar del alcázar

al retrato de francisco pacheco

Pacheco es este, que debe
Llamarse Fénix, por solo
Favorecido de Apolo
Y de las hermanas nueve.
Dejóle el cielo encargada
La perficion y hechura
De la divina figura
Por Apéles principiada;
Con artificiosa pluma
Saca del sepulcro al hombre,
Dándole vida y renombre,
Qu’ el tiempo no lo consuma.
Y así sin igual alguno
Usa el oficio de Dios,
Por estar entre los dos
Partido el poder del uno.
Su pincel levanta el vuelo
Hasta el ángel Micael,
Y de allí sube el pincel
Hasta parar en el cielo.
Donde pinta en aquel puesto,
Seguro de no tener
Quien se le pueda oponer,
No siendo Dios el opuesto,
Allí sugetó la idea
De su arte no vencida,
Deseada, mas no habida
Jamás de quien la desea.
Y él, glorioso de tenella,
Con injenio soberano,
Vá sacando de su mano
Divinos traslados della.
Y así no es de humano intento
Lo que Pacheco nos pinta;
D’ otra materia es distinta
De celestial fundamento.
Pues con destreza invencible,
Lo qu’ es espiritual,
Dándole retrato igual,
Le forma cuerpo visible.
Su vida, en suma, nos dice
Que le debe el Bétis sacro
Levantar un simulacro
Que su memoria eternice.
Porque saque por la hebra
Despues la posteridad,
Que no menos que á deidad
La Vandalia le celebra.