Si es ganaros por señor
El premio que se nos muestra,
Al qu’ en alabanza vuestra
Diere en el blanco mejor;
¿A quién, señor, no dareis
Nuevo espíritu gallardo,
Sino á mí que me acobardo,
Visto lo que mereceis?
No queda el premio desierto;
Porque si juicios claros
No aciertan en alabaros,
Yo en no alabaros acierto.
El en efecto se debe,
Y si de desvanecido
No le lleva el atrevido,
Llévele el que no se atreve.