Señora doña Isabel,
El verme de vos ausente
No lo estraña, ni lo siente
Mi pensamiento fiel.
Porque supo retrataros
En mí tan al natural,
Que tengo por un igual
Al veros, el contemplaros.
En mí gozo un bien estraño
Sin miedo á varias mudanzas;
Y en mí están mis esperanzas.
Con hoja y flor todo el año.
En mí os hablo, y en mí os veo
Y en mí sin impedimento
Suele conseguir su intento
Mi desenvuelto deseo.
Mas dizen, y con derecho
Mis ojos, que pues os vieron,
Que del bien que me adquirieron
Usurpo todo el provecho.
Piden como á verdaderos
Autores del bien que tengo
Les dé parte, y así vengo
Por dársela, siempre á veros.