Si fuera la fuerza tanta
De mi pluma, que de un vuelo
Penetrara hasta el cielo
Donde el valor os levanta.
Dando de vos larga muestra
Quedárades en el mundo,
Claro don Juan, sin segundo,
Yo inmortal por causa vuestra.
Pero ya mis confianzas
El temor las ha secado:
Sugeto tan levantado
No es de humanas alabanzas.
Solas llegarán á vos
Las que de Dios á vos van,
Porque alabanzas de Juan
Son reservadas á Dios.
Y haberme vencido el miedo,
Tened por cosa sin falta,
Qu’ es la alabanza más alta
De las que yo daros puedo.
Porque alabar lo que excede
Al entendimiento humano,
Es irle á Dios á la mano,
Qu’ es el que solo lo puede.
Y si al hombre se le niega
¿De qué sirve que la mira
Se ponga en vos, pues la vira
Sin fuerza de Dios no llega?
Todo, en efeto, es rodeo,
Si no es callar; y así os pido
Que os deis, señor, por servido
De mi silencio y deseo.