Si tan hermosa esperanza.
Se ha de perder aquel dia
Que os goce, Constanza mia,
Nunca Dios quiera, Constanza,
Que yo vea
Lo que mi alma desea,
Con tan dañosa mudanza.
Basta el esperar gozaros;
Que aunque el efecto no venga,
Bien hay en que se entretenga
Quien pudo veros y amaros,
Sin que acuda
Cosa que me ponga en duda
La gloria de desearos.
Nunca se acabe la historia
Que escribe amor de los dos.
Ni en tal guerra me dé Dios
Tan perjudicial victoria:
Pues no siendo
Vencedor, salgo venciendo,
Coronado de mas gloría.
No debe tener igual
El gozaros, pero ¿quién
Se ha de aventurar á bien
Que promete mayor mal?
Yo no quiero
Mayor bien que ver que espero,
Mi esperanza es mi caudal.
Con mi esperanza recreo
Todas mis ansias pasadas,
Codicias desordenadas
Vuelven lo hermoso feo:
Y es de suerte,
Que temo menos la muerte
Qu’ el fruto de mi deseo.
En esta deposité
Todo el bien, y ella es mi erario;
Si vive el depositario,
Tengo mi caudal en pié.
Dios no quiera
Qu’ el depositario muera
Ni qu’ en tal peligro esté.