Dos ramilletes, señor,
Me trujo vuestro criado:
El uno dellos cortado
Del mejor vergel que Amor
Tiene en el mundo plantado.
El otro sin duda vino
De ese ingenio peregrino,
Que es un vergel soberano,
Donde Apolo es hortelano,
Y el fruto que da divino.
Y por ser gustos diversos,
Los del cuerpo y alma mia,
Tengo por cortesanía
Que las flores y los versos
Partieron de compañía.
Y asi llegaron los dos
De acuerdo hecho por vos
A recrear por igual,
Uno por parte mortal,
Y otro lo que imita á Dios.