daniel rodríguez moya
atardece en ullapoolHay costas que dibujan trayectorias, / imaginadas líneas sobre playas / siempre invernales, siempre luz opaca, / y el olor a petróleo que se obstina / sobre todas las brisas. / Y es así
cambio de planesNo sirven los pronósticos pactados / si al abrir la maleta / encuentras mucho menos equipaje, / un hueco inesperado. / Qué lleva a deshacer un libro casi escrito, / a firmar un final que
el árbolTodavía me duele / la herida de la tierra que anegada / pisabas hasta ayer, / las casas y el olor de la hojarasca. / El miedo que a los niños ya no asusta / es un volcán acostumbrado. / La
guardado en los bolsillosTe dije que el océano / es un minuto azul sobre una eternidad, / un lento respirar, / una brecha en el tiempo del que espera. / Aún llevo en los bolsillos / un fragmento de abrazo y de s
juguetes rotosEn esos muros blancos de la que fue mi infancia / se amontonan las ruinas de la felicidad, / complejos engranajes / con el polvo de un tiempo casi intacto, / soledad detenida de mis ju
managua, plaza de la revoluciónSe mira bello el cielo esta tarde de julio. / No amenazan las nubes, nos respeta la lluvia. / La vieja catedral en pie como un milagro / ya no sirve de fondo para los noticieros: / Nad
reglas del juegoDe las cosas que nunca / tendrán un tacto estéril de ceniza, / un desaparecer inevitable, / prefiero quedar lejos. / Me quedo con los días que no niegan / su frágil levedad de calendario
tras la puertaHe llamado a esa puerta muchas veces / y ya nadie de entonces me contesta. / Pero puedo escuchar las voces desde fuera / como un rumor de juegos infantiles. / Mi voz de niño, / un hilill
«la bestia»Tan filoso es el viento que provoca / la marcha de la herrumbre / sobre largos raíles, / travesaños del óxido… / Y qué difícil es / ignorar el cansancio, mantener la vigilia / desde Ciudad